La muerte es el proceso mediante el que se detienen todos los procesos biológicos de los seres vivos, es el momento en el que finaliza un ciclo natural y que inmediatamente da pie al inicio de otro ciclo que será absolutamente repetitivo hasta el fin de la infinita historia.
Ahora bien, desde un punto de vista antropomórfico, la muerte ha sido personificada a través del tiempo y de las distintas culturas como un ser malvado que viene a llevarse a nuestros seres queridos. Ha sido identificada como un ser humanoide carente de ojos, pelo, piel, piel pellejo, músculos, corazón o cerebro, exceptuando los huesos, que viste una túnica negra, raída por la eternidad y una oz, que tiene vagando entre nosotros en busca de aquellos a quienes se les ha terminado el tiempo.
Además de ser conocida como La Muerte, en otras culturas se le ha dado diferentes nombres como por ejemplo: La Parca (romanos), Iku (yorubas) y Abbaddon (Cristianismo) por mencionar algunos nombres.
La personificación de la muerte tiene diferentes propósitos, de acuerdo con la mitología que se estudie, algunas establecen un carácter muy estricto de acabar con la vida de la víctima en cuestión y en otras simplemente es quien guiará el alma del difunto hacia el mas allá.
De cualquier modo, la muerte no ha sido bien aceptada por ninguna civilización, siempre existe el sentimiento de haber perdido para siempre a una persona, amigos, familiares, conocidos, todos duelen porque no aceptamos que la muerte es parte de la vida.
Nadie sabe cómo es, como se siente o como huele “el más allá” pero buscamos nuestra paz mental y espiritual repitiéndonos que es un lugar mejor que el plano terrenal en el que nos encontramos.
Por supuesto que nadie quiere morir, porque no sabemos qué sucederá después, sin embargo, sea como sea ese otro plano, al que nos negamos rotundamente a ir aunque sepamos qué es lo más seguro en esta vida, nos encontraremos con gente maravillosa, Gandhi, Picasso, Mozart, un abuelo, un primo, un hermano, un padre, una madre, una mascota, en fin. Y si se está enfermo y por alguna razón no se le puede ganar a la enfermedad la muerte te liberará de esa prisión física que te hace sufrir, que te hace doler, que te hace llorar.
En mi opinión solo podemos temerle a lo desconocido por el simple hecho de no conocer el secreto de su esencia, con esto no quiero decir que haya que celebrar la muerte, pero si que hay que aceptarla porque es el paso “final” de un proceso natural.
GustavoGonzalez
No hay comentarios:
Publicar un comentario