
Es saber ser y no intentar ser lo que quieres
Es darte cuenta de que al mundo vienes por ti
Y que así mismo partirás de aquí.
Es poder escucharte, sentirte, conocerte
Es saber hablarte y aprender del silencio que responde
Puede llegar a fracturar las bases de tu alma
Y es capaz de reconstruir toda una vida.
Es culpable de locuras cometidas una vez
Y acusada de salvar a quien intento comprender
No se puede creer solo en lo que se ve
Hay que estar consientes de que a veces el mundo gira al revés.
Una mano amiga es solo una mano
Lo que esperas de otras personas solo está en ti mismo
No hay manera de frenar el motor, el destino continúa su camino
Hay una sola oportunidad y no podemos olvidarlo.
Gustavo González
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